Demasiado a menudo solemos tratarnos con dureza justo en los momentos en que más amor necesitamos. Y en demasiadas ocasiones también, acabamos dirigiendo esa dureza hacia los demás, como si en nuestro interior hubiera un espejo que disipara hacia el exterior todo lo que se refleja en él.
Para empezar a tratarnos con un poco más de cariño, es profundamente importante entender que no somos lo que pensamos. Lo que uno piensa nunca está bajo su control.
Los pensamientos se generan con tanta rapidez que es prácticamente imposible intervenir antes de que lleguen a nosotros, al plano consciente. Pero no está todo perdido, porque lo que sí podemos cambiar es lo que viene después. Cuando ya, inevitablemente, oímos ese pensamiento (duro, exigente, crítico, demasiado directo quizás) en nuestra cabeza, es ahí donde podemos intervenir. No es fácil, pero sí posible, con práctica y paciencia.
Empieza por preguntarte si lo que estás oyendo te está ayudando en este momento de alguna manera. Y subrayo «en este momento», porque es lo que nos va a permitir anclarnos en el momento presente y buscar algo útil que nos sirva ahora.
Si lo que te dice tu voz crítica («o voz del Ego») no te ayuda a encontrar una solución y te aleja de lo que necesitas para estar mejor, generando en ti un bloqueo, es el momento de encontrar otro tipo de voz o diálogo en nuestro interior que nos permita sentirnos sostenidos y acompañados.
Esta suele ser la parte más compleja, pues la mayoría de las personas tenemos muy bien identificada la voz crítica, pero desconocemos cómo puede sonar una voz más compasiva y menos juiciosa. De hecho, que nos resulte difícil identificarla es una clara evidencia del poco uso que le damos y, en consecuencia, del poco poder que tiene en comparación con la voz del Ego.
A esta otra voz la podemos llamar «voz del Yo», «mi voz», «voz compasiva»… Porque identificarla con un nombre es el primer paso para empezar a darle el espacio que merece. A ella es a quien podemos acudir con la pregunta: «¿Qué necesito decirme ahora? ¿Qué necesito escuchar?» Y es en esa respuesta en la que encontraremos algo útil a lo acogernos para seguir hacia adelante y no quedarnos bloqueados en la historia que nos cuenta nuestra mente, una narrativa que muy probablemente ya no hable de lo que somos hoy.
Andrea x almadeluna
| Barcelona